Y bien, ¿quién es este tipo?
Lars Von Trier es un guionista y director de cine danés, además de uno de los inventores del movimiento Dogma 95, que tan bien ha plasmado mi compañero Victor en la anterior entrada de este blog. Su cine ha suscitado numerosas polémicas, tanto por su forma de utilizar los recursos cineatográficos (es constante la utilización de la camara al hombro en toda su filmografía, de forma que en ciertas ocasiones puede incluso llegar a marear al espectador), como por las comprometidas temáticas de sus films, en su mayoría trágicos, mostrando el lado más cruel y negativo del hombre.
Bien, dicho esto, nos dejamos de rollos y entramos de lleno en MELANCHOLIA.

La película narra la historia de dos chicas, hermanas, así como su visión de la vida y su evolución. Está dividida en tres partes: un breve prólogo inicial con imágenes majestuosas, poéticas y metafóricas que al final del visionado serán comprendidas, una primera parte, JUSTINE, y una segunda parte, CLAIRE.
Más de esto no quiero revelar, ni si quiera hablar de la sinopsis sería correcto, pues lo mejor es llegar al cine sin saber absolutamente nada de lo que vas a ver a continuación. Al principio tal vez estés perdido, no sabrás cómo enfocar la historia. Pero a medida que avance el film, sobre todo a partir de la segunda parte, empezarás a atar cabos. Y ya. No suelto más.

La película destaca principalmente por la tensión que va creando de principio a fin, comenzando desde la mayor trivialidad del mundo hasta llegar a un climax totalmente increíble, fuera de toda regla. La forma en que Von Trier trata la fotografía, pasándose por el forro todas y cada una de las leyes cinematográficas , hablando en plata, es realmente destacable, ya que da un tono cercano y caótico al film.
A destacar: El prólogo, genial e increíble, totalmente poético, y la última media hora, realmente desesperante, que te mete de lleno en la historia, sin dejarte si quiera respirar.
A olvidar: Tal vez la primera parte sea excesivamente larga. Si hubiese sido más breve nadie hubiera echado en falta nada.

CUANDO VEAN LA PELÍCULA, si es que la ven, no se queden en lo meramente racional, amigos, porque hay MUCHO de onírico en Melancholia. Von Trier se renueva con cada uno de sus films, innova y se carga una a una todas las leyes del cine. Y eso lo hace grande.
(Nota: 8,3)
