El celuloide digital

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martes, 25 de octubre de 2011

La casa de los 1000 cadáveres y Los renegados del diablo (Por: Pelayo Sánchez)

Rob Zombie, fundador, vocalista, escritor y caricaturista de la banda de metal White Zombie, demostró su amor hacia el cine de serie B dirigiendo en el año 2003 "La casa de los 1000 cadáveres", film que resultó ser un éxito entre el público al ser un homenaje al antiguo cine de terror de escaso presupuesto con tintes del gore más sádico y crudo. La película, de tono cómico, tuvo una secuela un par de años más tarde, titulada “Los renegados del diablo”, que, contando con los mismos personajes y tratando de ser una continuación directa del primer film, mostraba un estilo mucho más denso, homenajeando esta vez más bien al western que al cine de terror bizarro.

Bien, pasemos a realizar un breve pero intenso análisis de ambos films.

La casa de los 1000 cadáveres (2003) cuenta la historia de 4 jóvenes que viajan por la carretera con la intención de ver lugares de interés y escribir así un libro acerca de las principales zonas turísticas del lugar. Por circunstancias de la vida, acaban refugiándose de la lluvia en la casa de los Firefly, una familia de dementes y sádicos asesinos que harán de sus últimas horas un verdadero infierno.

Bien, la película a nivel de guión, personajes y originalidad es nula.

Los personajes carecen de profundidad, y los cuatro jóvenes no inspiran ni una gota de compasión en el espectador, al no ahondar en ellos. Únicamente el personaje del Capital Spaulding, que, por cierto, tiene un papel bastante secundario en esta primera parte del film, puede ser destacado; de hecho, ha llegado a ser un personaje de culto dentro de este tipo de cine.

Los puntos fuertes del film son, sin duda, su banda sonora y ese regustillo a cine de serie B sin demasiadas pretensiones que te deja en la boca.

Cabe destacar la escena del granero, en la que los policías y el padre de una de las chicas que han desaparecido descubren los cuerpos de las animadoras secuestradas. La cámara lenta, la música y el último plano de esta escena son lo más logrado de la película sin lugar a dudas.

Los renegados del diablo (2005), llevada a cabo un par de años después que su predecesora, cuenta la historia del capitán Spaulding y sus dos hijos, que logran escapar tras un tiroteo y tratan de huir de la policía durante todo el metraje.

Esta secuela es mucho más sólida que el anterior film, contando una historia con mayor originalidad y seriedad, sin dejar de lado ese regustillo a serie B, en este caso más cercano al mundo del western que al terror.

Cabe destacar, de nuevo, la banda sonora, además de la estética setentera del film y la mayor profundización en los personajes del Capitan Spaulding y en policía que trata de atraparle.

Sin embargo, la película no es en absoluto redonda, y no deja de ser otro entretenimiento más, al igual que la primera parte, pero eso sí, con una mayor experiencia tras las cámaras de su director, Rob Zombie.

Cabe destacar la escena final del tiroteo en el coche, que, acompañada de la música y la cámara lenta, vuelve a lograr un efecto de lo más interesante.

(Nota: 5,5 y 6,5)

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